Hacía tiempo que mi prima Julia me pedía que realizase un sello corporativo para su empresa de traducción. El primer diseño es el que tenéis arriba. El problema es que resultaba demasiado erótico para una traductora del alemán al español y, además, no estaba muy convencido con la idea del color. Por otra parte, me equivoqué a la hora de escribir el nombre. Julia quería algo más sencillo, una esfinge en blanco y negro que pudiese utilizar en su documentación y en su web. Este verano estuve dándole algunas vueltas hasta que llegué al resultado final, que os pongo más abajo y con el que estoy bastante contento. Pero bueno, cuando uno trabajaba por encargo, lo mejor es que el cliente esté satisfecho y Julia lo está.
Encargué un sello de caucho para su cumpleaños. Os enseño cómo queda en papel.
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